Esto si que es una sorpresa. En pleno 2010 se nos presenta Peter Frampton con nuevo álbum bajo el brazo. Muchos le consideran una rareza del pasado confinada en circuitos nostálgicos y viviendo de su Frampton Comes Alive. Algo de eso hay, pero lo que servidor no se esperaba es que a estas alturas el guitarrista se presentara con un producto tan solido, que para mas inri es conceptual, usando como nexo enlazador su propia vida relatada a través de las diferentes canciones. Tonadas de rock clásico en su máxima acepción, elaboradas y con hercúleas melodías donde «I’m Due A You» con su arrebatador estribillo se lleva la parte del león. Por si alguien lo había olvidado, el Sr. Frampton aparte de su pretérita imagen de querubín ha sido siempre un guitarra de tomo y lomo. Hecho ya fehaciente desde sus tiempos en Humble Pie y en este trabajo hace un trabajo a las seis cuerdas digno de mención. Guitarras de todo tipo y pelaje dan forma al trabajo, desde el rock mazacote de «Asleep At The Wheel» a delicias acústico/jazzísticas como «Suite Liberté», donde el protagonista puntea con gusto y sapiencia. Siete años desde su última obra de estudio, pero la espera, como se suele decir, ha sido recompensada. Gran retorno que muestra ad hoc que hay vida más allá de Frampton Comes Alive.
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