Quiten de inmediato esas sonrisas socarronas de su cara. Poca broma con Mr. Peter Frampton. Tras su pretérita imagen de querubín del pop se esconde un músico con interesantes episodios que rememorar. Su glorioso paso por Humble Pie, formando demoledor tándem guitarrero junto al malogrado Steve Marriot, y una carrera en solitario que si no óptima, si que cuenta en su haber con episodios a tener en cuenta. Como esa sprint inicial trufado de buenos álbumes y coronado con el totémico doble en directo Frampton Comes Alive!. Despachado como rosquillas y que hizo de él una de las caras más populares de América, aún siendo nativo de la pérfida Albión. Todo lo que sube baja dicen, y tras el empacho de éxito pasó a un segundo plano con algunos álbumes más afortunados que otros y acompañando de gira a su colega David Bowie. Y en el nuevo milenio no quiere que su nombre quede sepultado bajo las runas del olvido. Ganó un grammy con su primer disco instrumental y nos planta una nueva obra, llamada Thak You Mr. Churchill. Que sorprende a propios y extraños por su robustez musical y lírica. Un ejercicio de introspección personal que se recomienda no dejar pasar si uno gusta de recias guitarras y enjundiosas tonadas de rock clásico.
Acto seguido damos paso al afable Sr. Frampton para que nos muestre el camino que le ha llevado a darle personalmente las gracias a Winston Churchill.
Primero de todo quería felicitarte por tu nuevo trabajo. Me ha gustado mucho y me gustaría empezar esta charla hablando sobre él. ¿Podrías comentar tus impresiones sobre Thank You Mr. Churchill?
La idea para concebirlo me vino al recordar con mi hermano a nuestros padres. Empecé a mirar atrás y recordar episodios de mi vida. La principal premisa era pensar en que hubiera pasado si los aliados no hubieran ganado la segunda guerra mundial, lo más probable es ahora no estaría hablando contigo, ya que mi padre luchó en ella.
Partiendo de eso ahondé en mi propia biografía. En «Vaudeville Nanna and the Banjolele» relato la gran influencia que representaron mis abuelos en mi formación musical, pero también hay temas que no son autobiográficos y en los que ahondo más en temas políticos. «Asleep At The Wheel» es un ejemplo de ello, trata sobre una chica norcoreana que fue secuestrada durante la guerra de Corea, y lo que vengo a decir es que dependiendo de donde hayamos nacido nuestra vida puede tomar caminos muy diferentes. Somos muy afortunados de haber nacido donde nos ha tocado. En «Restraint» intento dar mi visión de la crisis global que estamos padeciendo, de cómo los bancos y las grandes corporaciones la han provocado llevando un nivel de vida absolutamente surrealista. En definitiva, hablo sobre cosas que ojalá desde mi humilde posición pudiera solucionar.
¿Se puede decir que este álbum es un disco conceptual sobre tu vida y tus puntos de vista sobre algunos aspectos que la pueden afectar?
Efectivamente. Pero, se supone que estas cosas las tendría que decir yo (risas). Es el Peter Frampton que piensa y me siento muy orgulloso del trabajo realizado. Musicalmente representa también un renacimiento personal, hace ocho años que estoy sobrio y está siendo un periodo muy creativo para mí. Ahora mismo tengo una seguridad en mi mismo que nunca había tenido.
Creo que musicalmente has conseguido un equilibrio perfecto entre tu técnica como guitarrista y tu faceta compositiva.
Esto que me acabas de decir es muy bonito y quiero darte las gracias. Creo que aún me estoy descubriendo como músico y que cada vez voy a mejor. No es que esté descubriendo nada nuevo, pero creo que he mejorado tanto como músico y como compositor.
¿Hacer este disco fue duro emocionalmente? ¿O fue liberador en el aspecto de mirar atrás y enfrentarte a tus recuerdos?
Personalmente ha sido catártico. Volver a pensar en mis padres a los que ya no puedo volver a ver, aunque siempre me quedará sus maravillosos recuerdos. Era realmente necesario para mí, volver la vista atrás y hacer todo esto. Ha valido la pena ya que emocionalmente he salido enriquecido.
Hay un tema en el álbum llamado «Solution», que me da la impresión de que trata sobre el mundo de internet y la gente que escribe y dice lo que les da la gana escondidos detrás del anonimato que da su ordenador.
Acertaste. Especialmente la redes sociales, que pueden ser muy útiles como instrumento de comunicación pero que también pueden sacar lo peor de la gente. Antes del auge del facebook tuve ya una mala experiencia, respondí un e-mail diciendo unas cosas que quizás no debería haber dicho. Me sentí bastante mal, ya que no tuve oportunidad de rectificar por la rapidez de las comunicaciones. Puedes decir algo estúpido y no hay marcha atrás, alguien ya lo ha leído. Peor es ahora en las redes sociales, mi hija por ejemplo tiene setecientos amigos en facebook, cualquier cosa que escriba será vista instantáneamente por toda esa gente, me parece absolutamente inconcebible.
Cambiando de tema. Me gustaría que me contaras algo sobre «The Invisible Man», un claro tributo a Motown. Donde la banda que te acompaña son los Funk Brothers.
Les conocí hace unos años, cuando les hice la presentación para su entrada en el Music Hall Of Fame de Nashville. Tocamos un tema juntos y aquello fue uno de los momentos más especiales de mi vida. Cuando crecí Motown y The Beatles era lo más importante. Tenías a Marvin Gaye, The Supremes o The Temptations, su sonido era como el de Phil Spector, pero más enfocado al funk y al rythm & blues. Me gustaba tanto su sonido que se convirtió en una parte de mí. A la hora de grabar mi primer trabajo en solitario, Chris Kimsey el productor y yo analizamos a fondo esos discos para ver como conseguían ese sonido. Motown fue tan innovadora como lo pudo ser Sgt. Peppers.
¿Algún artista favorito?
Es difícil hacer una lista, pero me quedaría con Marvin Gaye y The Four Tops
La influencia del soul ya es muy palpable desde los días de Humble Pie
Por supuesto, era algo que llevábamos en nuestros corazones. Aunque te diría que ya me venía de antes, en grupos anteriores acostumbraba a versionar «Dancing In The Streets». Y no había grupo en Inglaterra que no revisionara al menos un tema de Motown.
¿Qué piensas del revival soul que estamos viviendo a día de hoy?
Me parece estupendo. Me gusta mucho lo que hace Amy Winehouse, me parece muy Motown aunque con un toque contemporáneo. Todo son ciclos y nada es nuevo. Me hace pensar un poco en la fiebre blues que se vivió en Inglaterra en los sesenta. Gente como Eric Clapton o Peter Green hicieron fijar la atención en músicos como B.B. King. Que posiblemente hoy sería muchísimo menos popular si no hubiera sido por ese revival.
Ahora me gustaría ir atrás en el tiempo y preguntarte por lo inevitable, por Frampton Comes Alive! ¿Qué se siente al haber grabado el álbum en directo más exitoso de la historia?
Orgulloso, pero no deja de ser otro capítulo dentro de mi carrera. Es como un recopilatorio perfecto de mis primeros años en solitario, y una historia muy parecida a la de Humble Pie, que saboreamos el éxito en América con el también directo Performance: Rockin’ The Fillmore. Frampton Comes Alive es bueno porqué muestra fehacientemente lo que mejor se hacer; tocar en directo y comunicarme con una audiencia a través de la música.
¿Crees que es el disco idóneo para alguien que quiera empezar a escuchar tu música?
Probablemente sí. Porqué como te he dicho lo considero como un best of de aquellos años. Aunque también recomendaría Fingerprints, mi disco instrumental de hace unos años, que para mí fue tan importante como Frampton Comes Alive!. Era algo que necesitaba hacer, mostrar la pasión que hay entre la guitarra y yo. El esfuerzo se recompensó con un Grammy y me reafirmó como músico. Algo que necesitaba para quitarme de encima la imagen que tenía de ídolo pop.
Me imagino que con Fingerprints necesitabas probarte a ti mismo y al público como músico.
Así es. Aunque con Humble Pie y como músico de sesión ya se me reconocía esta faceta, me daba la impresión de que estaba un poco olvidada, y quería sacarla a relucir de nuevo. Cuando recogí el Grammy por este disco recalqué en mi discurso que el premio lo recogía un músico, no una estrella del pop. Creo que en un momento de mi carrera mi imagen y cara eclipsó bastante mi faceta de guitarrista.
Tu le debes gran parte de tu fama a un disco en directo. En los setenta ese tipo de lanzamientos eran importantes, todo eso despareció en la siguiente década. ¿A qué crees que es debido? ¿Quizás a la artificiosidad que caracterizó a los ochenta?
No sabría que responderte exactamente a esto. Hoy en día la gente prefiere los DVD’s en directo, y los fans no paran de preguntarme cuando haré uno nuevo. Te tienen en el salón de casa, te ven y te escuchan. Creo que también tendrá algo que ver la cantidad de material en vivo que las bandas dan gratis en sus webs. Sin olvidarnos de You Tube, cuando acabas un show al rato ya tienes alguien que ha filmado los hits y están ahí colgados.
Me parece estúpido, vas a un concierto y la gente está más pendiente de filmar con sus móviles o cámaras que en disfrutar del show.
Totalmente de acuerdo, por no hablar de los que envían mensajes o llaman para informar a sus colegas de donde están.
Y diciendo escucha, escucha…
Además es que siempre filman las mismas canciones, al menos colgad algo diferente a «Show Me The Way». Tendré que pedir que me haga un video para promocionar Thank You Mr. Churchill (Risas)
Es lo que tiene internet todo el mundo se cree fotógrafo, rueda clips, hace reseñas de discos…
Por no hablar de un nuevo software que ha salido para el Iphone que permitirá hacer a la gente sus propias y apasionantes películas, como el trayecto en casa hasta al super para hacer la compra.
Hablando de films y para finalizar ¿Me podrías comentar un poco tu participación en la película Sgt. Peppers y en The Simpsons?
De la primera no voy a decir nada, se ha hablado mucho y digamos que no fue un movimiento muy acertado para mi carrera. Lo de los Simpsons es otra cosa, un auténtico honor aparecer en una serie tan inteligente y que es un epítome de la televisión. También aparecí en Padre de Familia y lo disfruté mucho. Los creadores de estas series tendrán mi gratitud eterna por acordarse de mí.
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