Pavor es lo que uno siente cuando se anuncia un reinicio (o reboot) de la saga primate. El monumental desaguisado perpetrado por Tim Burton hace ya una década dejó el prestigio de la odisea de Charlton Heston y Franklin J. Schaffner a la altura del betún. Milagrosamente el realizador Rupert Wyatt ha sabido captar la esencia inherente a la pentalogía inicial y añadiendo las imprescindibles dosis hoy en día, sabiamente justas eso sí, de espectáculo hollywoodiense factura una dignísima película que aunque nos venden como precuela no deja de ser un camuflado remake de la cuarta entrega de 1972; La Rebelión De Los Simios .Aunque equilibrada en todas sus facetas, el director se inclina más por acentuar la temática social siempre presente en la hirsuta saga y en desarrollar una historia que fluya sin tropiezos que en apostar por el espectáculo puro y duro (que a ratos también lo hay). Obviamente el encanto y magia de los films que iniciaron la fiebre homínida brillan por su ausencia, pero estos son otros tiempos. Aunque dudo que algún fan de la dominación simia se sienta decepcionado ante este nuevo arranque de la serie; efectos especiales usados diestramente, interpretaciones creíbles y contenidas y dirección firme con los pies en el suelo hacen del film una perfecta línea de salida para ahondar en un futuro que se prevé sometido por la intransigencia simia.
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