Este hombre es que no para quieto, abundantes giras y diversos proyectos le tienen bien ocupado, ya sea con orquesta, tríos rockabilly o como se presenta en esta ocasión; con un álbum completamente instrumental. Pero no, no os echéis las manos a la cabeza, al líder de Stray Cats no le ha dado por el onanismo inherente a este tipo de productos. Al contrario, muestra que a buen criterio, elegancia en el punteo y prístina técnica pocos le igualan. En resumidas cuentas, sigue mostrando lo que ya todos sabíamos que es uno de los mejores guitarristas de las últimas tres décadas. Once tonadas, mas o menos mitad propias mitad revisiones en las que se mueve como pez en el agua en los estilos que siempre ha gustado de cultivar; rock & roll, country, jazz añejo, surf y por supuesto sale airoso de todos los retos que se propone. Ninguna pega al trabajo realizado, impecable en el potente ejercicio instro-surf que es «Go-Go Godzilla», nocturno y refinado en «Intermission» o respetuoso con el clásico sonido Sun en la relectura de inmortal «Blue Moon Of Kentucky». ¿Mejor álbum instrumental del año? Posiblemente, o al menos otra lección mas del hombre de la Gretsch de que técnica y buen gusto pueden ir bien cogidas de la mano.
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