PODER FREAK (VOL. I) (RUTA 66)

Primera parte de una trilogía que intentará pormenorizar lo que ha dado por denominarse contracultura. Esa serie de manifestaciones culturales acaecidas en la segunda mitad de la pasada centuria a la sombra del mainstream, y que suponen  crónica imprescindible para comprender muchos fracturas sociales acontecidas en las postrimerías del siglo veinte. El autor, sin necesidad de presentación para los seguidores de esta publicación, desgrana con un erudito detallismo en este primer volumen el fenómeno groupie, a los hipsters, la cultura psicotrópica, las hostilidades mods y rockers, el gay power, la literatura beat y otras avanzadas expresiones nacidas a partir de la década que vio nacer al rock & roll. Contexto histórico, etimología, citas clave están usadas con fundamento para ubicar al lector en el sitio adecuado y hacer de esta primera entrega un instrumento deleitoso pero a la vez didáctico. Huelga decir que tratándose del Sr. Gonzalo nos encontramos ante su habitual prosa espontanea pero florida a la vez. En este caso una virtud ya que lo que en otros queda postizo y artificial en él queda natural. Más de cien enjundiosas páginas escritas con pleno conocimiento de causa y que vienen a enriquecer de forma esplendorosa la literatura pop rock española. Con ganas se espera la segunda entrega donde el mayo del 68, la canción protesta, el swingin’ London y diversos e imprescindibles referentes serán tratados con sabia y afilada pluma.

THE CALLER (RUTA 66)

Exhibida en el último festival de cine fantástico de Sitges y en espera de distribución en el circuito comercial. Y se desea desde estas líneas que la encuentre, ya que esta coproducción entre el Reino Unido y Puerto Rico es un film que pondrá más que contento a cualquier aficionado al terror de corte clásico. Una interesante historia sobre una chica recién separada, con historial de violencia genérica por en medio,  que empieza a recibir unas intrigantes llamadas telefónicas que parecen venir del pasado y donde el miedo apenas forma parte de lo que se ve, usando el realizador con acierto esa máxima de que siempre es mejor lo sugerido que lo visto. Partiendo de esta premisa la trama muestra sorprendentes requiebros que ensimisman al espectador y que el director consigue a base de rodar con pulso firme, conseguir que los actores se crean su papel y lo más importante; cero aspavientos y ninguna pretensión. Las influencias del producto están claras; Polanski, el Bava más clásico, El Sexto Sentido y un desenlace tomado de cierta obra de Poe, es decir ingredientes clásicos que siguen funcionando si caen en la manos correctas. Un refrescante oasis de clasicismo que desintoxica de modernas filmaciones subjetivas o hechas con móviles de última generación.

X-MEN PRIMERA GENERACIÓN (RUTA 66)

Bien cierto es que la saga mutante del imaginario Marvel no ha sido especialmente maltratada en celuloide. Dando lugar la franquicia a algún film destacable, pero viendo el cariz vacuo que el imperio de Stan Lee le está dando a las adaptaciones cinematográficas de sus caracteres (sirva de reciente botón de muestra el film sobre el rubiales Thor), poco se podía esperar de este reinicio de la saga en clave precuela. Pues, sorprendido me he quedado durante la proyección, porqué este nuevo inicio puede ser quizás la mejor película rodada sobre personajes de Marvel. Gran culpa de ello la tiene el realizador Matthew Vaughn, director de la excelente Kick-Ass que dio un original giro de tuerca en el cine de superhéroes, otorgando terrenalidad al género. Y aquí lo que consigue es dar profundidad a unos personajes que siempre la tuvieron en papel impreso, ya que los mutantes con poderes no dejan de ser inadaptados necesitados de aceptación y con ansias de ser como cualquier ciudadano de a pie. Una lograda mezcolanza de pirotecnia digital y trasfondo que funciona con buen ritmo, sin atropellos, con cada cosa en su sitio. Incluidas las interpretaciones del trío protagonista, especialmente Michael Fassbender como dicotómico Magneto y Kevin Bacon estupendamente comedido en su rol de maloso definitivo. Acción y calado emocional en perfecta armonía.

THE GREEN HORNET (RUTA 66)

Enésima adaptación en celuloide de héroe con antifaz. Se le ha dado la vez ahora al avispón verde, personaje menor del imaginario de la viñetas y que tuvo sonado éxito como serial radiofónico. Y de entrada no prometía la cosa, ya que el maridaje entre el “supersalido” Seth Rogen y el realizador Michel Gondry, poseedor de un estilo visual muy propio y de acusadas tendencias arties, no auguraba mucha química. Pues mira tú por donde que la cosa ha funcionado bastante bien. Sin ser un film extraordinario todo fluye con perfecta armonía. Trepidante y espectacular sin caer en la vacuidad digital, con la imaginería Gondry funcionado perfectamente como fondo que arropa las peripecias bien urdidas de Green Hornet y su ayudante Kato. También es de agradecer que Seth Rogen esté comedido en sus payasadas y no se quiera alzar en protagonista de una película en la que todo está calculado en su justa medida. No se trata de una obra extraordinaria pero deleitará a todos aquellos que gustan de dejar prejuicios en la taquilla de la sala de proyección. Entretenida y sin pretensiones, un inmaculado ejercicio de cine palomitero y para los más detallistas se invita a buscar referencias stonianas y a Bruce Lee, intérprete del oriental Kato en el serial televisivo que se realizó sobre tan estrambótico superhéroe

SUPER 8 (RUTA 66)

Que conste de entrada que servidor no tiene ningún favoritismo hacia el realizador JJ Abrams, de hecho el fenómeno catódico Perdidos no ha tenido la más mínima relevancia en mi vida. Pero como uno intenta que la objetividad rija a la hora de sentarse en una sala de proyección, no puedo más que rendirme ante la evidencia y decir que el joven realizador respaldado por la ayuda ejecutiva del rey Midas Spielberg ha entregado uno de los mejores films del año. Un batiburrillo que bebe sin recato de diversas fuentes y que lo regurgita todo en cine con letras capitales. Enfocado sin reparos hacia el espectador que se emocionó de niño con Los Goonies o ET, pero sin caer en la ramplonería inherente en la actual cartelera. Todo cuadra al milímetro, guión palomitero pero efectivo, personajes definidos hasta la perfección, montaje trepidante sin atropellos digitales y todo ornado con ese rayo de esperanza que caracteriza a las producciones del director de Tiburón. Que nadie se tire atrás por el protagonismo absoluto de una pandilla de zagales, en este film son niños, no idiotas, que dan alborozo a una aventura a la que sólo un necio podría negar su alto valor como producto en celuloide. ¿Ejercicio revivalista? Mucho de eso hay, pero hacía tiempo que las palomitas no tenían tan buen sabor.

EL ÚLTIMO EXORCISMO (RUTA 66)

Cierto, el estilo de filmación subjetiva cámara al hombro presentado como mockumentary (o falso documental) puede empezar a resultar cansino, pero el realizador germano Daniel Stamm entrega la excepción que confirma la regla. Proyectada en el último festival de Sitges y estrenada ahora en el circuito comercial nos encontramos ante un notable film que mezcla con acierto diversos temas; mercadotecnia eclesiástica, superstición sureña profunda y terror en estado puro. Bazas jugadas diestramente gracias a una realización que empieza siendo amable pero que coge el suficiente nervio cuando los acontecimientos se empiezan a tornar más que desagradables. La única pega que se le podría achacar es a la resolución final, ya que convierte una trama que juega a placer con el espectador (¿realmente la protagonista está posesa o simplemente necesita una camisa de fuerza?) en un remate más digno de la mediocre El Proyecto De La Bruja De Blair que de una película que estaba intentando denunciar males endémicos de lo más hondo de una nación.

De todas maneras recomendada para el seguidor del cine de terror o del subgénero de posesiones varias, ya que también funciona de perlas como producto que atenaza de veras en la butaca. Eso sin contar lo que de si puede dar la elasticidad ósea delante de una cámara.

EL ORÍGEN DEL PLANETA DE LOS SIMIOS (RUTA 66)

Pavor es lo que uno siente cuando se anuncia un reinicio (o reboot) de la saga primate. El monumental desaguisado perpetrado por Tim Burton hace ya una década dejó el prestigio de la odisea de Charlton Heston y Franklin J. Schaffner a la altura del betún. Milagrosamente el realizador Rupert Wyatt ha sabido captar la esencia inherente a la pentalogía inicial y añadiendo las imprescindibles dosis hoy en día, sabiamente justas eso sí, de espectáculo hollywoodiense factura una dignísima película que aunque nos venden como precuela no deja de ser un camuflado remake de la cuarta entrega de 1972; La Rebelión De Los Simios .Aunque equilibrada en todas sus facetas, el director se inclina más por acentuar la temática social siempre presente en la hirsuta saga y en desarrollar una historia que fluya sin tropiezos que en apostar por el espectáculo puro y duro (que a ratos también lo hay). Obviamente el encanto y magia de los films que iniciaron la fiebre homínida brillan por su ausencia, pero estos son otros tiempos. Aunque dudo que algún fan de la dominación simia se sienta decepcionado ante este nuevo arranque de la serie; efectos especiales usados diestramente, interpretaciones creíbles y contenidas  y dirección firme con los pies en el suelo hacen del film una perfecta línea de salida para ahondar en un futuro que se prevé  sometido por la intransigencia simia.